Dadas las características de los cabezales de filtración e impulsión más habituales en comunidades de regantes, y su posible funcionamiento a muy diferentes rangos de caudal, es necesario contar con un equipo que pueda adaptar la inyección a los mismos.
Sistemas desaconsejados
Al ser cabezales que usualmente trabajan a presiones superiores a 5 bares y caudales en rangos máximos de 200 a 600 m3/h, el uso de sistemas basados en el Venturi es desaconsejable, ya que ello conducirá al desprecio de al menos un 30% de la presión o al sobredimensionado de un sistema ya de por sí de gran valor económico, y que obligaría a un control complementario del volumen inyectado de cada producto.
El uso de bombas inyectoras hidráulicas no proporcionales también está desaconsejado, porque este tipo de dosificadoras extraen del sistema parte del caudal, lo cual no siempre es asumible, no son fácilmente controlables en condiciones de caudales diferentes o variables. Las dosificadoras hidráulicas proporcionales crean una pérdida de carga reducida, sin embargo, no son apropiadas ya que el dimensionado es insuficiente para los caudales habituales en este tipo de instalaciones.
Recomendaciones
Los dosificadores en una instalación de fertirrigación en una comunidad de regantes deben cumplir una serie de requisitos para asegurar una adecuada elección:
- Seguridad: Resistencia a los productos químicos dosificados y a las presiones de trabajo, protección del acceso a partes móviles (especialmente la cámara posterior del pistón y la ventilación).
- Precisión
- Fiabilidad mecánica
- Correcto dimensionado
- Posibilidades de control
- Facilidad de uso por el regante y el técnico
Todas estas características pueden obtenerse mediante el uso de dosificadoras eléctricas de pistón preparadas para la dosificación de fertilizantes y ácidos, convenientemente reguladas mediante controladores adecuados.
Es evidente la importancia que la instalación en sí y el resto de elementos concurrentes (tuberías, cableados, válvulas, etc. ) tienen en el mantenimiento de estas características, así como la observación de un programa de mantenimiento adecuado y el uso de fertilizantes de calidad.
Instalación típica de fertirrigación para comunidades de regantes
El equipo para la práctica de la fertirrigación esencialmente se compone de:
Depósitos para fertilizantes
Para el almacenamiento del producto a dosificar (fertilizante, ácido u otros productos complementarios), al cual deberá ser resistente y dimensionado de acuerdo con la estrategia de compra y reposición o elaboración del producto, garantizando una autonomía suficiente del mismo. En el caso de elaborar el producto “in situ” a partir de la disolución de productos solubles, deberá prever un sistema de agitación para facilitar la rápida preparación del líquido a inyectar.
Puede también preverse sistemas de trasvase de productos químicos entre los diferentes depósitos, normalmente bombas centrífugas resistentes a los fertilizantes.
Es útil disponer de sistemas de visualización y de detección del nivel en el depósito que eviten el agotamiento imprevisto de los mismos y el funcionamiento “en seco” de los dosificadores, que puede perjudicar collarines, pistones y válvulas.
Bombas inyectoras de fertilizantes
Es el dispositivo que bombea los productos, una dosificadora eléctrica trifásica alimentada a través de variador de frecuencia, habitualmente de pistón, más raramente de membrana. Deben ser en número tantas como productos se quieran dosificar simultáneamente.
Deben estar dimensionadas de acuerdo con las necesidades hídricas y nutricionales de los cultivos a regar y el clima de la región. Este dimensionado no puede realizarse simplemente en base a la pluviometría media, sino que debe tener en cuenta la incidencia de períodos poco frecuentes de mayor pluviometría o menor ETP de la habitual. En estos períodos la dotación de riego disminuye, no así la necesidad de nutrientes (que puede incluso ser mayor si se suelen aplicar técnicas de riego deficitario), con lo que deberemos aportar una misma cantidad de nutriente durante menos ciclos o tiempo de riego.
Conducciones eléctricas
Encontramos básicamente dos conducciones: la aspiración (desde el depósito hasta la válvula de aspiración de la dosificadora) y la impulsión (desde la dosificadora hasta la válvula de inyección en la tubería principal del riego). Una tercera conducción es la de retorno al depósito o purga en caso de haber válvulas de alivio o válvulas de purga. Es de suma importancia el correcto dimensionado de las tuberías y muy especialmente la de aspiración, teniendo en cuenta la longitud y desniveles entre los diferentes dispositivos y accesorios.
Dentro de los errores más frecuentes en conducciones de aspiración se encuentran el infra dimensionado, desnivel excesivo, presencia de sifones (un máximo en el que el aire o gases eventualmente acumulados producen un estrangulamiento en el paso del producto.
Entre los errores más frecuentes en conducciones de impulsión se encuentran el infra dimensionado y la presencia de válvulas de accionamiento manual (especialmente peligrosa si no hay válvulas de alivio). Conviene también disponer de un sistema de prevención de la descarga accidental del producto desde los depósitos hasta la tubería del riego si ésta queda vacía, despresurizada o en depresión (“sifonazo”), bien sea una válvula antirretorno con muelle, bien sea una válvula antisifón.